Los insectos, aunque visualmente simétricos, tienen un origen etimológico que alude a fragmentación y división. La palabra "insecto" proviene del latín "secare" que significa "cortar", sugiriendo una naturaleza fragmentaria y desarticulada.

Por otro lado, la noción de continuidad se opone a la fragmentación y sugiere una unión armoniosa y una cohesión perfecta. La continuidad se basa en la división de un todo en partes unidas e inseparables.

La experiencia humana es un flujo continuo de percepciones y sensaciones que se interrumpe en momentos de fragmentación, shock o desconexión. Es allí donde surge la experiencia estética como respuesta a un momento de coherencia y conexión significativa (J. Dewey). Este es el punto al que pretende llegar esta propuesta visual.

La exposición es, por tanto, sólo "seis frases iniciales" para un discurso visual posterior llamado "Asimetrías".